A través de las Estrellas Eterna

A través de las Estrellas Eterna

Autor: Alma Sideral

Valores: amistad, paciencia, legado

Edades: adolescentes

Subgénero: Naves generacionales

En el vasto océano del cosmos, la nave generacional Epifanía viajaba incansablemente hacia el misterioso planeta Aurelia. A bordo de esta enorme nave vivían ya la tercera generación de habitantes, que nunca habían visto el cielo azul de una atmósfera planetaria, ni sentido el viento en sus rostros.

Dana y Leo eran dos adolescentes curiosos que, a menudo, se aventuraban a lugares prohíbidos de la nave buscando reliquias de sus ancestros. En una de sus expediciones, encontraron un viejo diario digital perteneciente a Leona, una de las primeras ocupantes de la Epifanía. Al abrirlo, una cálida luz iluminó sus rostros y una voz del pasado comenzó a narrar la historia del viaje.

—“Aurelia”— decía Leona —“es el sueño que alimenta nuestro viaje. Es el destino que nunca veremos, pero por el que vivimos y trabajamos cada día”.

Esta revelación afianzó la idea en Dana y Leo de una misión más grande que sus propias vidas, una misión que sus ancestros les habían heredado: la llegada a Aurelia.

Con el poder del recuerdo de Leona, los dos amigos se dedicaron a contagiar entre sus compañeros el sentido de pertenencia y propósito que ellos habían descubierto. Enseñaban a los más jóvenes las habilidades necesarias para mantener la nave en vuelo, y organizaban relatos grupales donde cada uno inventaba cuentos y canciones sobre cómo sería la vida en Aurelia.

A medida que los años pasaban, el espíritu de colaboración se fortalecía. La nave era un crisol de ideas y amistad; un lugar donde, aunque el tiempo parecía eterno, el propósito les daba paciencia y paz.

Al llegar el momento en que la Epifanía avistó el resplandor azul del planeta Aurelia, descendiendo por primera vez la escalerilla hacia tierra firme, sintieron en su ser el legado de Leona y tantos otros. Dana, ya venerable por los años, tomo la mano de Leo, y juntos, como los líderes de una nueva era, pisaron el suelo que sus ancestros soñaron. Podía sentir el viento en su rostro: era el viento de los sueños, la amistad y la eterna paciencia recompensada.